Ciertamente, todos los seres humanos, y especialmente los inhumanos, recurrimos en ocasiones a maniobras de todo tipo para lograr algunos de nuestros propósitos pensables e impensables. Maniobrar es igual a manipular, y siempre se nos somete a algunas manipulaciones que nos complican la existencia. Y los políticos y políticas, sea cual sea su color, son líderes en eso de maniobrar y manipular.
La maniobra del actual gobierno resulta tan graciosa como preocupante. Según se dice, Meritxel Batet, presidenta del Congreso de los Diputados, es la novia del nombrado Ministro de Justicia Juan Carlos Campo, que recibió la cartera de manos de su antecesora Dolores Delgado, nueva Fiscal General del Estado, que es la novia a su vez del juez Baltasar Garzón, abogado del boliviano Evo Morales, quien presuntamente financió al nuevo vicepresidente Pablo Iglesias, que es el novio de la nueva ministra de Igualdad, Irene Montero. Semeja un complicado trabalenguas, pero solo es una traba-maniobra política.
Otra maniobra curiosa es la de “Operación Triunfo”, donde resulta que la única valenciana comunitaria seleccionada, Samantha Gilabert, natural de Beniarrés, es una pro catalanista que ha militado en Ateneu Popular Arrels, casal independentista catalán de su pueblo, y con pasado vinculado a la organización juvenil independentista catalana Arrán, para el que ha dado conciertos y participar en diversos de sus eventos.
Ello no es óbice para que la chica, que tienen una minusvalía auditiva del 60 por ciento, sea buena cantante y excelente música de estudios relevantes. Pero para los cantos del catalanismo su oído fue perfecto. La única valenciana en “Operación Triunfo”, que produce la catalana «Gestmusic», y nos resulta anti valenciana. Maniobras orquestales en la oscuridad, como el nombre de aquel famoso grupo británico de los años ochenta…